viernes, 1 de mayo de 2009

ENDEREZAR EL CAMINO....ALLANAR EL SENDERO...

PALABRA Y FE

PASCUA....o paso de las tinieblas a la luz
Densa noche de tinieblas y espanto:
¡Qué misteriosos, grandes y profundos son tus juicios, Señor, difíciles de explicar!
¡Cuántas almas que ignoran tu Palabra se extravían a causa de su ceguera!

Cuando los malvados, que seducen con sus palabras engañosas, piensan que pueden oprimir a tu Pueblo Santo...., quedan presa de las tinieblas, encadenados por una larga noche, encerrados bajo sus techos, excluidos de tu Eterna Providencia.
Piensan mantenerse ocultos, con sus pecados secretos, bajo el oscuro velo del olvido, pero tú te manifiestas y ellos son deportados y dispersos, llenos de terribles miedos y espantados con tenebrosas visiones. 
Buscan esconderse en cuevas y escondrijos ocultos, pero sus refugios no les quita el miedo, terroríficos ruidos retumban a su alrededor, fantasmas de rostros pálidos y de espanto se les aparecen.

Ningún fuego tiene bastante luz para alumbrar...ni los astros tienen suficiente resplandor para iluminar esa horrible noche de los malvados.

Tan solo pueden ver una hoguera que se enciende por sí misma... y que los llena de terror; desaparecida la visión, quedan más aterrados que nunca.
Los artificios de la magia, la hechicería, el ocultismo, de los poderes ocultos de Satanás...demuestran toda su impotencia, el alarde de su inteligencia resulta ser un humillante fracaso; pues, esos supuestos poderes y saberes que aseguran ahuyentar los miedos y las turbaciones humanas....sufren ellos mismos un miedo ridículo. La perversidad, la maldad es cobarde, y a sí misma se condena: acorralada por una mala conciencia...se imagina siempre lo peor.
Su gran temor no es otra cosa que la renuncia a los auxilios de la verdad, del recto juicio: cuanto menor es la seguridad interior del espíritu, de una manera mayor se juzga la causa desconocida del tormento.
Durante la insoportable noche de los injustos y malvados, bandidos y ladrones, sumidos todos ellos en un mismo sueño profundo, como caídos en un tenebroso abismo sin luz y sin estrellas....unos se ven perseguidos por figuras monstruosas, otros desfallecen de cansancio, porque un súbito e inesperado terror los invade y paraliza. Todo el que cae en este estado, queda atrapado, preso en una especie de cárcel sin hierros.
Ya sea labrador o pastor....o que trabaje en un lugar solitario, sorprendido, sufre la prueba inevitable, pues a todos atrapa la misma cadena de tinieblas.
Todo los paraliza y los llena  de terror:
el silbido del viento y el canto melodioso de las aves en las tupidas ramas....
la carrera invisible de animales al galope, el rugido de bestias feroces....
la cadencia de aguas fluyendo impetuosas, el violento ruido de piedras que caen en avalancha.... 
O el eco que retumba...en las cavernas de colinas y montañas....

Todo el universo brilla con su luz esplendorosa, las estrellas refulgen, y prosigue sin trabas su eterna actividad; sólo sobre los pecadores, con sus perversidades y maldades, se extiende una espesa e insoportable noche de tinieblas, aunque más insoportable que la oscuridad son ellos para sí mismos. 

Para los justos y fieles creyentes en Dios, en cambio, brilla una espléndida luz, como sol de mediodía, como la luna llena, como las estrellas del cielo....
Muchos...que, aunque sin verlos...escuchan su voz, su palabra, su aliento, su llamado...los felicitan por ser librados de tal padecimiento, y les dan gracias por no vengarse por los daños infligidos con sus palabras orgullosas y mentirosas, con sus blasfemias contra Dios y su santo Nombre, contra su santuario y los que habitan en los cielos....y piden perdón por su actitud despreciativa, humillante y enemiga. 

En lugar de oscuridad, el Señor Dios da a su Pueblo Santo....un fuego divino de verdad y sabiduría que da luz y calor....y lo guía por un sendero misterioso, iluminado bajo el fulgor de un sol que no hace daño a los ojos ni quema la piel. 

Bien merecen ser privados de su luz...y ser encerrados en la terrible oscuridad, aquellos que propician cárceles sin hierros para los hijos de Dios, hijos de la Mujer, María, por quienes ha de entregarse el mundo la Luz inagotable de la Palabra, el Verbo, el Aliento....de los Mandamientos de Dios. 

AMOR Y VIDA

PASCUA.....o paso de la muerte a la vida.
Una tierra caótica y vacía, donde reinan el dolor y la muerte.
¡Qué misteriosos, grandes y profundos son tus juicios, Señor, difíciles de explicar!
¡Cuántas almas que ignoran la fuerza de tu Amor, misericordioso y compasivo, sucumben ante las redes de la muerte!

Los pecadores, perversos y malvados, lo que se han olvidado de toda justicia y del verdadero bienestar de los hombres, propician toda clase de violencia, odio, división, opresión y esclavitud humana, sediciones y guerras, terrorismo y genocidios, hambre, desnudez, pobreza, enfermedad y falta de una verdadera cultura de la vida....convertidos en agentes del dolor y de la muerte.
Las aguas impetuosas bajadas de las alturas se desbordan y los cubren, las piedras, que resbalan como un alud, caen sobre ellos y los trituran. Temblores de tierra,  volcanes que vomitan fuego, con el medioambiente enfermizo y  viciado hacen que sientan terror y espanto. Sus gritos, confusos, resuenan a lo lejos y cunde la  voz lastimera de los injustos que lloran la muerte de sus propios hijos. Es una prueba de muerte y dolor que se vuelve contra ellos y que alcanza a siervos y amos, al simple ciudadano como a reyes y gobernantes. La Fuerza del Señor se lanza desde el cielo, desde su trono de rey, cual implacable guerrero de la noche sobre la desnuda tierra sometida a la muerte; el Poder del Señor toca el cielo...y tritura la tierra. 
Sueños terroríficos y horribles pesadillas invaden a los que practican el mal.  A punto de morir, ellos revelan la causa de su muerte, pues en los mismos sueños agitados se les advierte.....para que no enfermen y mueran sin saber el porqué de su fatal destino. 

Algunos justos sufren la misma prueba de muerte, pero no dura mucho.
Los hombres y mujeres creyentes y piadosos, llenos de amor por la vida, se unen en una Alianza Fraterna de paz, de servicio mutuo, para compartir todos sus bienes de manera justa y equitativa, luchando en favor de los más pobres y débiles, ofrecen un sacrificio diario eucarístico.....dando gracias a Dios por la vida, la salud y todo bien recibido; se hacen solidarios ante el dolor, el sufrimiento y la muerte de sus hermanos, los hombres. Entonan cánticos de alabanza por sus antepasados que lucharon en favor del amor y la vida.Dan un testimonio justo con sus oraciones permanentes, sus ofrendas a Dios....y el perdón de los pecados de sus enemigos. Vencen la indignación y el sufrimiento, no con armas de muerte,  ni con la fuerza corporal, ni con el dominio geopolítico injusto y mortal, sino con el amor que da vida, con la sabiduría divina que alumbra el sendero de la historia humana.
Toda la creación, obediente a la Voluntad del Señor, asume nuevas formas de comportamiento para guardar, proteger de todo mal a los hijos de Dios:
Las Nubes.....dan sombra, y la luna, plateada, resplandece con toda su fuerza; la noche brilla con el resplandor de todas las estrellas, la luna llena refleja la gloria del sol.
Las aguas....se retiran, se acumulan en un solo lugar, y surge una tierra nueva, dispuesta para ser sembrada con semilla nueva y vigorosa. 

Los justos y testigos fieles de Dios son como hermosas flores que embellecen y perfuman el Jardín de Dios. Beben del extático, dulce y aromático licor que permite celebrar la verdadera alegría del vivir. 
Los santos de Dios, guardianes de la salud y de la vida humana, saltan como corderillos felices sobre verdes praderas, beben, extáticas, de las fuentes tranquilas de aguas puras y cristalinas que renuevan sus fuerzas; y alaban a Dios, su liberador,  con cantos y flores, con alegres danzas, dando siempre gracias por todos los bienes recibidos. 

Castigos caen sobre los que propician el dolor y la muerte, con toda justicia padecen por sus maldades, violentos rayos sirven como señales precursoras, terrremotos y tempestades, angustias y enfermedades contagiosas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario